Por ley es obligatorio la existencia de un Administrador en las Comunidades de Copropietarios. Este cargo suele desempeñarse por los vecinos de forma rotatoria o por sorteo. El problema viene cuando estas personas no pueden realizar de forma correcta las labores de Administración. Las razones pueden ser muchas: carecer de tiempo, edad avanzada, poco interés, falta de disponibilidad… Esto perjudica a toda la Comunidad y más cuando deben efectuarse obras necesarias.

La solución es fácil y económica: contratar un Administrador de fincas. Éste es un profesional independiente y cualificado. ¿Por qué tiene un vecino que sufrir cuando le toca ser Administrador? ¿Por qué pasar el mal trago de encararse a algunos propietarios? Nuestra empresa les proporciona una gestión profesional de su comunidad.

La Comunidad de Vecinos en sí no tiene otro objetivo que el de administrar las partes comunes de la propiedad compartidas entre varias viviendas. De ahí la necesidad de regular unas normas de vecindad, acuerdos, funcionamiento...

Hoy en día, donde la sociedad del bienestar se ha instalado en todos los hogares, implica (en algunos casos) administrar ascensores, escaleras, zonas de juegos, piscinas, jardines... se convierte en un aspecto importante, ya que es fuente y origen de problemáticas.

Todas nuestras actuaciones están avaladas por el colegio de Administradores de Fincas, por el colegio oficial de titulados mercantiles y por una póliza de Responsabilidad civil que cubre todos los daños que pudiéramos ocasionar en nuestra actividad.